Benedicto XVI: Entre la buena teología y la mala práctica en la iglesia

 

El día de ayer murió el papa emérito Benedicto XVI (Joseph Ratzinger), elegido en 2005 como sumo pontífice, pero que renunció a causa de los escándalos sexuales dentro de la institución de la iglesia de Roma. 
Benedicto declaró alguna vez en una entrevista que nunca quiso ser papa y cuando fue electo sintió “una guillotina en el cuello”. 
Teológicamente era un buen catedrático, más cerca de Lutero que de la misma iglesia católica, con creencias moderadas y conciliadoras entre los protestantes. 
  • Criticó la doctrina del Limbo por no entrar en la Biblia. 
  • Estuvo de acuerdo con Lutero sobre la doctrina de la justificación por fe sin obras. 
  • Defendió la historicidad de Jesús en los evangelios. 
  • Defendió del concepto de salvación por gracia como lo entienden los protestantes es bíblico aunque ellos estén separados de la iglesia católica. 
Un gran teólogo que defendió posturas bíblicas. El problema está en que no pudo ponerlas en práctica en la iglesia que encabezada, lo que le llevó a grandes críticas y con ello a su renuncia del papado. 
  • Cubrieron a sacerdotes que cometieron abusos sexuales infantiles. 
  • No llevaron a tribunales civiles los delitos de los sacerdotes. 
  • El papa nunca condenó de manera contundente estos abusos. 
  • Nunca hizo reformas de raíz para llevar a la iglesia a la Biblia. 
Ratzinger fue un gran teólogo pero un mal administrador. Esto nos lleva a reflexionar que no sólo debemos tener una buena doctrina dentro de la iglesia. La Biblia nos llama a vivir esa buena doctrina. 

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